Hola
a todos:
Os
presento mi última maqueta, un Ferdinand ambientado, como
no podía ser de otro modo, en la mítica Batalla de
Kursk. Esta maqueta ha supuesto para mí un punto de inflexión
en el modelismo; con ella he comenzado a sufrir vista cansada, condicionando
en parte mi forma de trabajar y los futuros proyectos que decida
perpetrar.


A nivel
modelístico, no soy un gran aficionado a los grandes felinos
alemanes. Me encantan los Tigres, Panteras y demás fauna
del arsenal alemán; pero los he visto ya tantas veces en
maqueta (y hechos además por modelistas mucho mejores que
yo), que me resulta más gratificante trabajar modelos más
raros o desconocidos (modelos que vas descubriendo según
los vas montando y cuyo acabado permanece más en misterio).
Este es, de hecho y a fecha de hoy, el único representante
de la familia Tigre de mi colección.
Siempre
he visto el Ferdinand el como símbolo perfecto de la derrota
alemana en Kursk: un descomunal y excesivo monstruo de acero que
compaginaba prestaciones extraordinarias con graves deficiencias
de diseño. Tras haber depositado en gran medida sus esperanzas
de victoria en los nuevos modelos pesados, la entrada en servicio
del Ferdinand (al igual que el Pantera) fue prematura y algo improvisada;
condicionando en gran medida su rendimiento operativo. Simplemente
montando la maqueta salta a la vista el carácter de prototipo
de este blindado.


Un
poco de historia:
El
Ferdinand nació fruto de la competición entre Henschel
y Porsche para el proyecto del nuevo carro pesado que terminaría
siendo el Tigre. Las últimas informaciones parecen indicar
que, aunque perdedor en el concurso, el prototipo de Porsche fue
aceptado para la producción en serie (y un supuesto despliegue
en el Norte de África) por el favoritismo de Hitler hacia
su creador, el Dr. Ferdinand Porsche (responsable, entre otras cosas,
del también mítico Volkswagen Escarabajo). Se inició
una serie de unos 90 ejemplares (suficientes para equipar dos batallones);
pero cuando se hizo evidente que la industria alemana no sería
capaz de producir simultáneamente dos modelos, complejos
y costosísimos de carros pesados (por no hablar de la logística),
la orden fue cancelada y los cascos, ya acabados, se cedieron al
ejército, que optó por transformarlos en el cazacarros
pesado que nos ocupan. Los Ferdinand fueron organizados en un regimiento
de cazacarros pesados, el 656; compuesto a su vez por dos batallones,
el 653 y 654. Ambos participaron en la ofensiva de verano del saliente
de Kursk.
Tradicionalmente
siempre se había contado que la actuación de los Ferdinand
en Kursk fue desastrosa; siendo la gran mayoría de ellos
perdidos por las minas y la ausencia de ametralladoras defensivas
en su diseño. La realidad es algo más compleja, y
también brillante, para estos vehículos; compaginando
en su haber tantas luces como sombras.

Es
cierto que la ausencia de ametralladoras fue un grave problema que
condenó a muerte a bastantes de sus tripulaciones; éstas,
presas de la desesperación, llegaron a introducir ametralladoras
en el tubo del cañón y a disparar a través
de éste. También se modificaron vainas vacías
de proyectil para acoplar en ellas dichas armas y efectuar así
un fuego más seguro y efectivo. Pero parece ser que el responsable
de la mayoría de las pérdidas fue la misión
encomendada, al atacar frontalmente unas defensas contracarro tan
formidables como las de Kursk, y, sobre todo, la ausencia de unos
vehículos de recuperación capaces de extraer del campo
de batalla las bajas ocasionadas por las minas (vehículos
que, con frecuencia, eran volados por sus mismas tripulaciones para
evitar su captura).
Según
tengo entendido, ningún, o casi ningún Ferdinand,
fue destruido en Kursk por fuego directo enemigo. Las estadísticas
señalan además al Ferdinand/Elefant como el vehículo
con mayor ratio de carros destruidos en relación con las
bajas propias, y, en términos de supervivencia, constituía
el más, o uno de los más seguros, para sus tripulaciones.
Lo
cierto es que, a pesar de sus defectos y su vulnerable complejidad
mecánica, convenientemente empleado, el Ferdinand/Elefant
tenía un potencial extraordinario. Dándose casos,
como la acción llevada a cabo el 14 de julio de 1943 por
el teniente Henrich Teriete en la que, al mando de un pequeño
número de Ferdinands, éste acudió al auxilio
del 36 Regimiento de Infantería, que había si sido
rodeado, destruyendo en el transcurso de la exitosa operación
de rescate un enorme número de carros enemigos; siendo el
blindado de Teriete acreedor de la destrucción de 22 carros
enemigos.
A la
hora de valorar este blindado es también interesante destacar
que, desde el inicio de la Operación Ciudadela al 7 de agosto,
a cambio de 13 pérdidas propias, el 653 Batallón de
Cazacarros Pesados destruyó 320 carros de combate enemigos.

Mi
maqueta representa un Ferdinand ficticio del 653 Batallón
de Cazacarros Pesados, el vehículo número 5 de la
2ª sección de la 1ª compañía (la
segunda sección, al igual que las otras, contaba sólo
con cuatro vehículos). El distintivo de la 2ª sección
se ha pintado con aerógrafo; siendo el resto de las marcas
calcas de la misma maqueta o de diversa procedencia.

El
esquema de camuflaje aplicado no se corresponde exactamente con
ninguno visto y, de hecho, se aleja del típico esquema de
colmena o red; pero, buscando información,
resulta sorprendente la gran diversidad esquemas presentes: culebrillas
sinuosas, manchas (poligonales o en forma de nube) o
incluso una combinación de ambos esquemas a dos tonos. Las
posibilidades son muy grandes y abarcan desde las aplicaciones más
chapuceras a esquemas complejos aplicados con técnica impecable.
El escudo que protege la rótula del cañón se
ha pintado con la imprimación roja de fábrica, como
si hubiese sido instalado de modo improvisado; algo muy común
en estos blindados (algunos Ferdinand, de hecho, llegaron a combatir
sin dicha pieza por no recibirla a tiempo).

La
maqueta ha sido mejorada añadiendo algunos cordones de soldura
(sólo los más visibles o importantes; en realidad
debería llevar muchos más), algo de tornillería,
el cableado de los faros (que resulta casi invisible) y un periscopio
de trinchera/tijera para el comandante. Un apaño fundamental
es modificar la posición de las bisagras de la plancha del
techo de la casamata que protege el dispositivo de puntería
(no sé si esto se ha modificado con posterioridad, pero mi
maqueta las traía al revés). A
nivel de complementos, se le han añadido las cadenas de Friulmodel,
un cañón torneado en aluminio de Voyager Models y
unos cables de arrastre de una marca polaca (no recuerdo cuál).
Una mejora importante (que yo no he hecho), fundamental si queremos
castigar nuestro Ferdinand, es la sustitución
de los guardabarros por otros en fotograbado; estos elementos constituían
la parte más endeble del coloso y tendían a deformarse,
e incluso perderse, con facilidad.

El
envejecimiento del blindado se ha efectuado combinando acrílicos,
óleos y esmaltes. Dentro de mis limitaciones como modelista,
he intentado transmitir la sensación de gigantismo
del blindado practicando una variedad de pequeños desperfectos
en combinación con otros más amplios.
Las
principales fuentes bibliográficas han sido, además
de fotos propias y otras muchas obtenidas a través de internet,
los números 174 de Euromodelismo y el 44 de Panzer Aces con
la magnífica maqueta de Mario Gabas. Y, sobro todo, el excelente
Detail In Action de Squadron Signal dedicado a este
vehículo; un libro, relativamente barato, repleto de buenas
fotografías, perfiles y algunas anécdotas de lo más
suculentas. Muy recomendable.

Fe
de erratas:
Seguramente
a casi todos, por no decir todos, los Ferdinand que combatieron
en Kursk se les eliminaron las asas de la parte posterior de la
casamata (no tenía mucho sentido dejarle a la infantería
rusa una cómoda escalerilla para acceder a la parte superior
del blindado); yo he optado por mantenerlas para que el espectador
pueda hacerse una mejor idea del tamaño del cazacarros (no
deja de ser uno de los pocos detalles que destacan en la mole del
Ferdinand) y porque, una vez cortadas, los restos de las asas (una
especie de pequeños cilindros soldados a la plancha) se ven
raros. Es también recomendable, algo que tampoco
he hecho, repartir a lo largo del vehículo pequeños
pertrechos individuales para que el espectador tenga una idea de
las colosales dimensiones del blindado en relación con la
figura humana.
Espero
que os guste. Un cordial saludo.

|